miércoles, 28 de agosto de 2013

Metallica: Live Shit: Binge & Purge



Metallica – Live Shit: Binge & Purge – recorded at the Seattle Coliseum, WA, August 29 and 30, 1989.

Desde hace tiempo –años ya para ser franco- he leído en varios foros, Twitter, Facebook, blogs y demás, sobre el poco o nulo reconocimiento que muchas personas brindan a una de las bandas más importantes en la historia del rock pesado: Metallica.

Esto puede ser por varias razones, aunque supongo que existen más. Las que me vienen a la mente: o son personas que resultaron afectadas con el lío que armó Lars Ulrich contra Napster hace más de diez años, o debido a que se “vendieron” con el Black Album y después sacaron esas “porquerías” llamadas Load y Reload, o por el “desacierto” de grabar St. Anger (uno de los discos más atacados, creo, en la línea de tiempo actual de la música contemporánea).

Es más, ahí les van otras: Lulu, el disco inédito con Lou Reed; S&M, con su acercamiento sinfónico a temas clásicos como "Master of Puppets", "The Call of Ktulu" y demás y que no es mal disco; o la salida de Jason de la banda y no tanto eso, sino el haber documentado el proceso en Some Kind of Monster, que a decir de muchos, es un documental falso, rosita y chafón.

Ok, ok, les doy algo de crédito por eso, pero la trayectoria del grupo no puede ser menospreciada. Su impacto en las generaciones de metaleros, tampoco. Su alta capacidad para generar algunos de los riffs más pesados y conocidos del rock, sus letras –algunas- incisivas, personales y oscuras, su instrumentación… Metallica es más que lo negativo, es una banda icónica, una banda grande y grande habrá de desvanecerse con el tiempo.

Y si aún queda duda de la grandeza de este grupo, está como fiel testigo de sus mejores épocas ésta grabación, incluida en la caja Live Shit: Binge & Purge de 1993, que dio al mundo una prueba de Metallica en su apogeo y de paso, posicionó a México en la mente y los inversionistas del rock y conciertos como uno de los países donde la banda se pone más loca en cuanto a toquines de rock se refiere y por ende, es un país redituable para ese negocio... al menos creo que lo era, no sé bien ahora.
El concierto de Seattle, de finales de agosto de 1989 y perteneciente a la gira Damaged Justice ’89, es todo menos suave, chafa o agachón… es Metallica en su máxima expresión. Las vocales de James Hetfield son la mezcla perfecta entre el grito desgarrador y atronador de su garganta con algunos juegos más melódicos y agudos que definen a este cuate como un gran frontman.



Jason tenía relativamente poco en la banda y aquí suena fuerte y preciso, su bajeo es gordo y soporta en vivo al acto sin miramientos; Hammett mantenía entonces una velocidad tanto en el tapping como en el manejo del Wha! de tamaños, además de que todos, al ritmo frenético de Lars Ulrich en la batería, componían uno de los actos más impresionantes que nos tocó ver a algunos por aquellas épocas (me refiero a verlos en México cuatro años después, con toda esa fiereza y coraje).
Ni hablo de canciones porque este concierto es una compilación de “éxitos” provenientes de sus cuatro primeros discos de larga duración, así como de EP’s y sencillos, pero podría destacar algunos temas como la abridora "Blackened", "Welcome Home (Sanitarium)", "The Four Horsemen", "…And Justice For All", "One", "Battery", "Breadfan" y, por supuesto, "Whiplash", en la que puedo considerar, es la versión más puerca, rápida y poderosa de esta grandiosa canción.
Pero la que se lleva las palmas es el jam que Jason Newsted hace al final de su solo de bajo soleando con los acordes de "To Live Is To Die" y la forma como entran de lleno a su más grande tema: "Master of Puppets".
La forma en que se va construyendo ese jam, con el bajo y las guitarras hacia el final y la forma de entrar de la batería fijan un punto altísimo en lo que Metallica ha grabado en vivo. No exagero, es para enchinar la piel.
Con esto no pretendo que me llamen fanático de la banda (que en realidad sí lo soy), sino que aquellos que no le hayan dado chance real a ver el trabajo más antiguo del grupo, puedan asomarse a escuchar a la que es todavía, una de las más grandes alineaciones del Rock de todos los tiempos. No, no exagero, Metallica es grande, muy grande y eso todos lo saben, les arda o no. 

Van.

CBVM

lunes, 26 de agosto de 2013

World War Z, la guerra salvajemente grupera.


Primero que nada, que quede bien claro. Esta opinión va sobre el el libro. La película no la he visto siquiera, aunque sí tengo planeado hacerlo. 

Comencemos con la premisa de que tengo varios amigos y conocidos que piensan que estaría bien divertido vivir un holocausto zombie. 
Desde antes de leer el libro pensaba "No, pues como pa qué andar cuidándonos la espalda de unos cadáveres ambulantes que se alimentan de nuestros cuerpecitos pecadores."

Después de leer el libro, mi opinión ya es definitiva: no lo pensaría ni una sola vez y mi respuesta sería: "NO MAMEN, NO ESTARÍA DIVERTIDO, ESTARÍA DE LA CHINGADA".


Huy sí, qué padre estaría. Dijo nadie, nunca. No mamen que enamoran. 

¿Qué harías contra un enemigo que no teme, que no duerme, que no se cansa, que ya está muerto? 

¿Qué harías para salvar tu pellejo?  ¿El de tu familia? ¿A qué tipo de armas recurrirías si en tus manos estuviera el uso de cualquiera de ellas? 

Imagina ciudades con millones de zombies en lugar de habitantes, ¿qué pasaría por tu mente? 

De eso trata WWZ. De entrada, sin conocer la película, puedo entender por qué dicen que ésta no se parece al libro. En éste se concentran una buena cantidad de entrevistas y vivencias de diferentes personas alrededor del mundo, desde el inicio del desmadre hasta que el mundo regresa a una relativa calma. 

¿Cómo reaccionarían los gobiernos? ¿Cómo ocultarían los desmanes de los primeros zombies y cuánto tiempo tardarían en encargarse realmente del asunto? ¿Podrías predecir la reacción de una nación como Rusia? 

Entretenidas y entrañables, algunas de estas entrevistas y testimonios son inolvidables, como la del otaku japonés y su forma de actuar ante el inminente peligro que tocaba a su puerta (hablamos de un hikikomori, uno de esos güeyes que nunca sale de su habitación). También difícil de olvidar aquella en la que una mujer es guiada a su salvación por otra comunicándose por un radio y que, según un amigo y yo hemos platicado, podría ser la única parte "sobrenatural" del libro (claro, suponiendo que el hecho de que los muertos anduvieran caminando sobre la Tierra fuera cosa de todos los días).
De lo mejor: el testimonio del chino que anda en submarino, ya casi al final del libro. 

Claro está, también hay puntos y países básicos en el desarrollo de toda la trama, como China, Estados Unidos y, por supuesto, Israel. ¿Por qué? Cómprenlo y léanlo. 

Lectura entretenida que te atrapa y no te suelta. Sería bueno conocer la opinión de todos aquellos que, como mencioné, dicen que estaría divertido vivir un holocausto zombie, después de leer con atención lo que podría suceder.  


Ojo con el final de Cuba y el "nuevo" nombre de México. 

Así las cosas.

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miércoles, 21 de agosto de 2013

High Fidelity, de Nick Hornby



Lectura y música en un mismo lugar.

Este libro lo recomiendo por lo siguiente:

Si eres amante de la música lee este libro y después échate la película, te reirás un buen rato con John Cusack, ¿qué encontrarás?

Tal vez una similitud en tu vida; los que tenemos más de 30 años grabábamos en cassettes nuestras rolas favoritas y no nos chutábamos un disco entero o un cassette. ¿Qué hacíamos? Una pequeña lista en una hojita y empezar a grabar procurando llevar una secuencia de música y no grabar a lo güey una canción muy alta y después otra que te bajoneaba.

Y en la actualidad usamos Spotify o Grooveshark en la compu o cargamos música al iPod: antes era todo un ARTE hacer esto, no existía margen de error. Era a la primera a menos que quisieras utilizar otro cassette. 

¿Qué plantea este libro?
Imagínate hacer una lista de un top 5 de tu vida:  las 5 rolas para enamorar, para terminar con alguien, para hacer el amor, para empezar a trabajar; es una buena idea y en este libro te lo plantea así el autor.

¿Por qué leerlo?
Porque tal vez te sientas identificado en ciertas rolas, porque tal vez recuerdes cuando empezaste a vivir y a enamorarte, tal vez leyendo el libro recuerdes una canción muy entrañable, porque tal vez, sólo tal vez, te enamores de la música.

Nota.- En la película al final suena Let’s get it on de Marvin Gaye cantada por Jack Black que hace que se te deshoje el tamal.


lunes, 19 de agosto de 2013

Todos somos víctimas del contexto: The Great Gatsby

Todos somos víctimas del contexto.

En 1996 se estrenó la película Romeo y Julieta, dirigida por el australiano Baz Luhrmann; la promesa de este filme era que tomaba exactamente las líneas escritas por William Shakespeare y las ambientaba en una ciudad del siglo XX.
Parte del éxito de esta cinta se debió a que estaba estelarizada por un Leonardo DiCaprio de apenas 22 años, en pleno ascenso meteórico por la popularidad hollywoodense y a un estilo de cinematografía raramente visto en una cinta mainstream hasta ese entonces.

Aunque se trataba de la misma historia mil veces ya contada, la dinámica, la música, y la ambientación estaban muy bien logrados, creando una combinación muy divertida y con escenas memorables, como la de la pecera, que me sigue pareciendo hasta la fecha uno de los momentos más románticos de la historia del cine.
En el año 2001 Luhrmann se apuntó otro éxito taquillero con Moulin Rouge, musical protagonizado por Nicole Kidman  y Ewan McGregor; en aquella ocasión, el éxito fue tal que la cinta estuvo nominada al Oscar  y a varios otros premios.


The Great Gatsby
Aún cuando todos los elementos que lo hicieron exitoso en el pasado aún están allí, la más reciente entrega de Luhrmann carece del carisma que tuvieron las dos cintas antes mencionadas además de contener dos fallas mayúsculas:
1)     Abuso del recurso del personaje-narrador: Me explicaré con la ayuda de un ejemplo: Forrest Gump, en aquella, el  narrador es simplemente un vehículo que va guiando al espectador en su viaje por la historia, no un explicador de la misma. Creo que las películas que requieren que se hagan constantes pausas en la narrativa para que el narrador explique la historia, dejan al desnudo la falta de un guión bien escrito que haga de los personajes y los actores los verdaderos protagonistas.

2)     A excepción de Jay Gatsby, me parece que los demás personajes están minimizados, actúan bajo la sombra de un Leonardo DiCaprio que es demasiado grande. No he tenido la oportunidad de leer la obra original de F. Scott Fitzgerald, pero creo que tanto Daisy Buchanan (Carey Mulligan) y Nick Carraway (Tobey Maguire) fueron personajes que se quedaron subvaluados en este guión.

Finalmente, el soundtrack, producido por el mismísimo Jay-Z y con la aparición de estrellas del tamaño de Kanye West y Jack White, falla en la creación de escenas memorables como “Young Hearts Run Free” de Romeo y Julieta o “Elephant Love Medley” de Moulin Rouge, ambos, casos en los que la música marida perfectamente con la historia.

Espero que el tibio éxito de esta cinta le sirva a Luhrmann para recordar que no se necesitan presupuestos multimillonarios, sino guiones bien escritos para crear películas memorables, porque él ya es un gran director.