lunes, 19 de agosto de 2013

Todos somos víctimas del contexto: The Great Gatsby

Todos somos víctimas del contexto.

En 1996 se estrenó la película Romeo y Julieta, dirigida por el australiano Baz Luhrmann; la promesa de este filme era que tomaba exactamente las líneas escritas por William Shakespeare y las ambientaba en una ciudad del siglo XX.
Parte del éxito de esta cinta se debió a que estaba estelarizada por un Leonardo DiCaprio de apenas 22 años, en pleno ascenso meteórico por la popularidad hollywoodense y a un estilo de cinematografía raramente visto en una cinta mainstream hasta ese entonces.

Aunque se trataba de la misma historia mil veces ya contada, la dinámica, la música, y la ambientación estaban muy bien logrados, creando una combinación muy divertida y con escenas memorables, como la de la pecera, que me sigue pareciendo hasta la fecha uno de los momentos más románticos de la historia del cine.
En el año 2001 Luhrmann se apuntó otro éxito taquillero con Moulin Rouge, musical protagonizado por Nicole Kidman  y Ewan McGregor; en aquella ocasión, el éxito fue tal que la cinta estuvo nominada al Oscar  y a varios otros premios.


The Great Gatsby
Aún cuando todos los elementos que lo hicieron exitoso en el pasado aún están allí, la más reciente entrega de Luhrmann carece del carisma que tuvieron las dos cintas antes mencionadas además de contener dos fallas mayúsculas:
1)     Abuso del recurso del personaje-narrador: Me explicaré con la ayuda de un ejemplo: Forrest Gump, en aquella, el  narrador es simplemente un vehículo que va guiando al espectador en su viaje por la historia, no un explicador de la misma. Creo que las películas que requieren que se hagan constantes pausas en la narrativa para que el narrador explique la historia, dejan al desnudo la falta de un guión bien escrito que haga de los personajes y los actores los verdaderos protagonistas.

2)     A excepción de Jay Gatsby, me parece que los demás personajes están minimizados, actúan bajo la sombra de un Leonardo DiCaprio que es demasiado grande. No he tenido la oportunidad de leer la obra original de F. Scott Fitzgerald, pero creo que tanto Daisy Buchanan (Carey Mulligan) y Nick Carraway (Tobey Maguire) fueron personajes que se quedaron subvaluados en este guión.

Finalmente, el soundtrack, producido por el mismísimo Jay-Z y con la aparición de estrellas del tamaño de Kanye West y Jack White, falla en la creación de escenas memorables como “Young Hearts Run Free” de Romeo y Julieta o “Elephant Love Medley” de Moulin Rouge, ambos, casos en los que la música marida perfectamente con la historia.

Espero que el tibio éxito de esta cinta le sirva a Luhrmann para recordar que no se necesitan presupuestos multimillonarios, sino guiones bien escritos para crear películas memorables, porque él ya es un gran director.



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