lunes, 26 de agosto de 2013

World War Z, la guerra salvajemente grupera.


Primero que nada, que quede bien claro. Esta opinión va sobre el el libro. La película no la he visto siquiera, aunque sí tengo planeado hacerlo. 

Comencemos con la premisa de que tengo varios amigos y conocidos que piensan que estaría bien divertido vivir un holocausto zombie. 
Desde antes de leer el libro pensaba "No, pues como pa qué andar cuidándonos la espalda de unos cadáveres ambulantes que se alimentan de nuestros cuerpecitos pecadores."

Después de leer el libro, mi opinión ya es definitiva: no lo pensaría ni una sola vez y mi respuesta sería: "NO MAMEN, NO ESTARÍA DIVERTIDO, ESTARÍA DE LA CHINGADA".


Huy sí, qué padre estaría. Dijo nadie, nunca. No mamen que enamoran. 

¿Qué harías contra un enemigo que no teme, que no duerme, que no se cansa, que ya está muerto? 

¿Qué harías para salvar tu pellejo?  ¿El de tu familia? ¿A qué tipo de armas recurrirías si en tus manos estuviera el uso de cualquiera de ellas? 

Imagina ciudades con millones de zombies en lugar de habitantes, ¿qué pasaría por tu mente? 

De eso trata WWZ. De entrada, sin conocer la película, puedo entender por qué dicen que ésta no se parece al libro. En éste se concentran una buena cantidad de entrevistas y vivencias de diferentes personas alrededor del mundo, desde el inicio del desmadre hasta que el mundo regresa a una relativa calma. 

¿Cómo reaccionarían los gobiernos? ¿Cómo ocultarían los desmanes de los primeros zombies y cuánto tiempo tardarían en encargarse realmente del asunto? ¿Podrías predecir la reacción de una nación como Rusia? 

Entretenidas y entrañables, algunas de estas entrevistas y testimonios son inolvidables, como la del otaku japonés y su forma de actuar ante el inminente peligro que tocaba a su puerta (hablamos de un hikikomori, uno de esos güeyes que nunca sale de su habitación). También difícil de olvidar aquella en la que una mujer es guiada a su salvación por otra comunicándose por un radio y que, según un amigo y yo hemos platicado, podría ser la única parte "sobrenatural" del libro (claro, suponiendo que el hecho de que los muertos anduvieran caminando sobre la Tierra fuera cosa de todos los días).
De lo mejor: el testimonio del chino que anda en submarino, ya casi al final del libro. 

Claro está, también hay puntos y países básicos en el desarrollo de toda la trama, como China, Estados Unidos y, por supuesto, Israel. ¿Por qué? Cómprenlo y léanlo. 

Lectura entretenida que te atrapa y no te suelta. Sería bueno conocer la opinión de todos aquellos que, como mencioné, dicen que estaría divertido vivir un holocausto zombie, después de leer con atención lo que podría suceder.  


Ojo con el final de Cuba y el "nuevo" nombre de México. 

Así las cosas.

Síguenos en:
Twitter: @cadaquienopina

4 comentarios:

  1. Según el juego Deadrising 2, cuando haya un "apocalipsis zombie", la izquierda va a formar un grupo de apoyo a favor de los derechos de los zombies. Así que todos esos camaradas de izquierda que se estén preparando para el outbreak, ya relájense porque no van a pelear contra ellos, los van a defender

    ResponderBorrar
  2. Gran libro, la narrativa muy buena y el formato de entrevista lo hace mejor, no hay personaje principal y eso lo hace que te enfoques en todo lo que pasa y no en lo que le pasara a ciertas personas.

    De lo que más me gusto fue el Plan Suadafricano y la revancha de los gringos ante los Z con una estrategia diferente.

    ResponderBorrar
  3. Como cuando varios sobrevivientes pasan el crudo invierno al norte de Canadá, aprovechando que los zombies están congelados y tienen que cometer canibalismo -de los muertos humanos, no zombies- para sobrevivir. No estaría nada padre un holocausto zombie.

    ResponderBorrar
  4. Luego pienso que los resultados de una crisis económica muy pero muy cañona, serían parecidos a las historias de WWZ.

    La idea del canibalismo se me hace insoportable, más que la de la angustia de pelear contra zombies.

    También me gustó el libro. A mí me latió el testimonio del astronauta, y además, me parece que ese relato tiene un toque de Ray Bradbury. Los relatos del otaku y el que después sería su maestro me los imagino en un corto tipo anime.

    ResponderBorrar