martes, 10 de septiembre de 2013

Neil Gaiman: The Ocean at the End of the Lane

THE DAY AFTER
El escritor de esta reseña nació en 1974. Primogénito de una típica familia de clase media – alta mexicana, que recibió una tradicional educación católica con todas sus consecuencias morales.
Me enseñaron que había un cielo y un infierno, al que uno se iba al momento de morir dependiendo de sus méritos en vida, y de alguna manera, crecí temiendo ese castigo, por lo que trataba de portarme todo lo bien que podía para no ganármelo.

Chicos más grandes que yo me asustaban con la leyenda del Pitufo Negro de dos metros,  en cuyas entrañas encontraron un niño que había devorado; o la historia de que las tías Amparito y Pachita tenían un cuarto oscuro, donde realizaban extraños experimentos con líquidos para revelar fotografías.
Sin embargo, dadas las condiciones familiares de mi infancia, la realidad es que no tenía demasiado miedo a nada que no fueran unos regaños por portarme mal en la escuela, o por pelear con mi hermano,  todo ese tema del infierno y el Pitufo Satánico no sonaba nada real en ese contexto.
Eso cambió en algún momento de mediados de los 80’s cuando conseguí de manera clandestina una copia en formato Beta de la película The Day After, filme que narra lo que sería un holocausto nuclear y sus consecuencias, desde el punto de vista de una pequeña comunidad granjera del estado de Kansas.
Eso es un filme de terror y no pedazos.

Ese dia, el coco, la llorona, las tias-brujas y los duendes malditos, fueron sustituidos brutalmente en su jerarquía de cosas aterrorizantes, por un miedo real, muy probable para la época y perfectamente tangible, al menos en la pantalla del televisor.
Hasta la fecha, la escena del ataque se me aparece en pesadillas, de las cuales despierto con taquicardia y sudor frio.

UN ESTANQUE ES UN OCÉANO
Neil Gaiman, originario del Reino Unido de la Gran Bretaña, es un renombrado autor de historias de ficción, su pluma ha dado vida a novelas extraordinarias, como Neverwhere y American Gods; es adorado por la comunidad geek por los comics The Sandman, Batman: Whatever Happened to the Caped Crusader? y muchos otros títulos.

Para imaginar el estilo que usa Gaiman, podría referirme a películas de Tim Burton como Beetlejuice y Big Fish, en donde claramente se trata de una historia fantástica, pero toda la narrativa hace creer que la historia es posible.
En The Ocean at the end of the Lane, Neil Gaiman retoma la tradición de las viejas historias de terror, reimaginada en un contexto un tanto más actual. Esas que se le contaba a los niños como disuasivo de mal comportamiento, y que a través de los años han sido filtradas y suavizadas hasta convertirse en simples parábolas que apenas tienen alguna enseñanza, como la Caperucita Roja de los hermanos Grimm.

The Ocean… nos hace recordar aquella época en la que creíamos que el edificio de la escuela primaria era gigantesco; cuando un ojo de agua perdido en el campo parecía una enorme alberca,  la resbaladilla del parque, un desfiladero sin fondo y las viejitas, brujas que comían niños por darle balonazos a sus rosales.

Pero también nos recuerda el sabor del pan tostado: Blanco y cortado en finas rebanadas salidas de su empaque plástico, o el de la pila de Hot Cakes con mantequilla y miel de maple, que aparecían mágicamente en la mesa de los primos los sábados por la mañana;  y la sensación del tacto de la mano sudada de la niña más bonita de la cuadra.
Nos recuerda que todos esos instantes que parecen insignificantes en la edad adulta, en realidad eran las cosas que nos daban valor cuando éramos niños y a la vez son las emociones que desesperadamente buscamos reencontrar años más tarde, cuando necesitamos una caricia y un abrazo en momentos difíciles.

Probablemente somos la última generación a la que asustaron con cuentos para portarnos bien, la tecnología es tan poderosa hoy, que difícilmente puedo creer que nuestros niños se impresionen con  aquellas historias y creo que poco a poco quedarán en las páginas amarillentas de los cuentos ilustrados que sólo darán miedo  cuando un día los saquemos del librero y se resquebrajen de tanto estar guardados.


Desafortunadamente, por el momento The Ocean at the end of the Lane únicamente está disponible en librerías de  Estados Unidos, pero se puede conseguir con relativa facilidad a través de Amazon.com y seguramente muy pronto a través de la nueva tienda de libros electrónicos: Amazon.com.mx

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