De acuerdo a la Wikipedia en español, “el black metal es un
subgénero extremo del heavy metal, surgido a mediados de los años ochenta. Se
caracteriza por sus letras anticristianas, que generalmente abarcan temas como
el odio, la misantropía, el satanismo, la violencia, el negativismo, el suicidio,
el ocultismo, el nihilismo y la guerra.”
Pero, ¿cómo debe ser el black metal? O más bien, ¿cómo debe sonar?
Podría escribir un tratado completo pero lo haré de una manera más sencilla: el
black metal debe sonar como suena en este álbum.
Ocho tracks distribuidos en poco más de 45 minutos que te
pondrán a viajar. Olvídate de rolitas orquestadas al estilo de Dimmu Borgir o
las ridiculeces que hacen Gorgoroth o Carpathian Forest. Aquí el sentimiento de
muerte está cabrón. No hay espacio para
el virtuosismo. No hay espacio para desperdiciar en solos de guitarra por lo
que prácticamente no fueron invitados. Lo de este disco es maldad pura (sí,
inocente y de adolescente idiota, pero pura). Las vocales parecen salidas del
mismísimo infierno, acompañadas por poderosos riffs y una base rítmica
contundente. Los temas van cambiando de ritmos a medio tiempo hacia feroces
carreras apoyadas por un doble bombo brutal cortesía del baterista quien es,
sin duda, el músico más preparado de la alineación. El círculo lo cierra una
producción sucia pero, a la vez, ideal para lo plasmado.
“Funeral Fog”, “Freezing Moon”, “Cursed in Eternity”, “Pagan
Fears”, “Life Eternal”, “From the Dark Past”, “Buried by Time and Dust” y “De
Mysteriis Dom Sathanas” son los títulos de los temas, mismos que nos advierten
sobre la capacidad creativa de la banda, basada en el vivir en un país donde
los templos de adoración a Odín y su banda fueron sepultados bajo templos
cristianos (como en México, ja) y donde la mitad del año viven de noche. He ahí
la magia del disco. Éste te ayudará a comprender mejor al movimiento del black metal noruego (indiscutible base del género).
Pero, ¿de dónde salió?
Hace muchos años, 19 para ser exactos, cuando el black metal
no era cuestión de risa (la neta es que siempre ha sido cuestión de risa),
cuando no habían aparecido pandas satánicos en todas las regiones del mundo y
cuando el movimiento Nacional-Socialista de black metal oaxaqueño no había sido
siquiera concebido en la mente de los morenazis, apareció en el mercado este
álbum que definiría un género a la perfección. Traducido como “Sobre los
Misterios del Señor Satán”, De Mysteriis Dom Sathanas es, seguido de cerca por
el Under the Sign of the Black Mark de Bathory, el disco más importante e
influyente de black metal de todos los tiempos para quien esto escribe.
Es importante que chequen bien el nombre de cada uno de los
integrantes, no sólo por ser escalofriantes como las noches noruegas, sino
también porque son una especie de Guía Roji de la maldad:
Øystein “Euronymous”
Aarseth- guitarra
Snorre
“Blackthorn” Ruch- guitarra
Varg Vikernes- bajo (sí, el mismísimo Count Grishnackh, el
personaje que la hace de todo en la mítica banda Burzum)
Attila Csihar- voz. De él, no se pierdan su trabajo con la
superbanda de drone Sunn O)))
Jan Axel “Hellhammer” Blomberg- batería
Y como lo cuentos Disney, la historia comienza de la
siguiente manera:
El vocalista original de la banda, un sueco llamado Per
“Dead” Ohlin se suicidó en 1991, pues se sentía defraudado por la escena. O
sea, se deprimió como emo y se voló la tapa de los sesos con una escopeta. Su cuerpo fue descubierto en una habitación decorada con cachitos de
cerebro en las paredes por Euronymous quien, antes de avisar a la policía, se
dedicó a tomar las fotos que servirían de portada para el disco en vivo The Dawn
of the Black Hearts y a recolectar pequeños fragmentos de cráneo para hacer
collares rituales. Dicen que hasta tomó algunos sesos y después los comió
cocinados. Dicen.
Tiempo después, a lo largo del país del sol de medianoche,
varias iglesias algunas de ellas con siglos de antigüedad y consideradas
patrimonio de la nación fueron reducidas a cenizas. Muchos de esos actos
incendiarios no solo fueron atribuidos a Varg Vikernes sino que él mismo los admitía
con orgullo. ¿Actos extremos? Apenas venía lo peor.
Una escalofriante noche (sí, escalofriante como ya se
mencionó que son las noches en Noruega), Euronymous recibió una visita
inesperada y fue asesinado a puñaladas en su departamento en Oslo.
El asesino: Varg Vikernes. (¡Ay, cabrón! ¡Asesino y víctima
tocando en el mismo álbum!)
¿Saben quién acompañaba a Vikernes en esa ocasión? Sí:
Snorre Ruch.(¡Ay, re-cabrón! ¡Asesino, cómplice y víctima tocando en el mismo
álbum!)
Lo sé, es una telenovela dantesca. Y es real. Dale una
oportunidad a De Mysteriis Dom Sathanas. Por su importancia en el mundo musical,
es prácticamente tu obligación escucharlo al menos una vez. Dichosos los
invitados a la mesa del señor... del señor Satán.
Si te interesa más el tema te recomiendo el libro Lords of
Chaos, mismo que reseñaré en otra ocasión. Otros materiales a checar son los
documentales Satan Rides the Media y Until the Light Takes Us. Para una
visión más amplia sobre el metal en general, no dejes de ver Metal: A Headbanger’s Journey.
Posdata:
El dato "jocoso" que no puede faltar es que el
nombre original de Varg es Kristian, mismo que cambió legalmente a Varg (lobo
en noruego) por el simple hecho de no soportar llamarse “Cristiano”. Así las
cosas. Pinche gente loca. Y si dudas de la loquera de Varg, lee su blog en
thuleanperspective.com
L A M C H
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ResponderBorrarVaya historia más rocambolesca, habrá que dedicarle 45 minutos para escuchar este disco. ¡Saludos!
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